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jueves, 18 de agosto de 2011

Pottermore: El Expreso Hogwarts y Estaciones de King’s Cross

Ahora podrán leer información nueva sobre El Expreso Hogwarts y un pensamiento de J.K. Rowling sobre el Andén Nueve y Tres Cuartos. Recuerda que todo el contenido nuevo sobre Harry Potter aparecido en Pottermore puedes encontrarlo en nuestra sección Pottermore.



Pensamiento de J.K. Rowling sobre el Andén Nueve y Tres Cuartos

Cuando escogí el número del andén escondido que llevaría a los jóvenes magos y brujas al internado, decidí que debía ser un número entre los andenes muggles, así que, obviamente debía ser una fracción. Esto me llevó a hacerme la interesante pregunta de cuántos otros andenes fraccionarios existirían entre los números enteros en la estación de King’s Cross, y concluí que probablemente había unos cuantos. Aunque estos no salen en el libro, me gustaría pensar que es posible subirse a una versión del Orient Express para ir a pueblos-magos en la Europa continental (mira en el andén siete y medio), y que otros andenes pueden abrirse según sea necesario, por ejemplo, para grandes eventos excepcionales como los conciertos de Celestina Warbeck (mira tu billete para obtener más información).

El número nueve y tres cuartos se presentó sin tener que pensar mucho, y me gustó tanto que lo acepté inmediatamente. Es la parte de “tres cuartos” lo que lo hace interesante, por supuesto.

Nueva Información sobre El Expreso Hogwarts

Como sabemos gracias a los relatos históricos y por la evidencia dejada en tallas de madera y grabados, los estudiantes de Hogwarts solían viajar al colegio de la forma que les apeteciera. Algunos iban volando en sus escobas (algo bastante difícil llevando maletas y mascotas); otros intentaban aparecer por arte de magia (a menudo con efectos desastrosos, ya que el castillo y los terrenos siempre han estado protegidos con encantos anti-aparición); otros llegaban montados en toda clase de criaturas mágicas.

A pesar de los accidentes que solían suceder por culpa de estos diferentes modos de transporte mágico, sin mencionar todos los avistamientos de magos volantes viajando hacia el norte de los que eran testigos los muggles todos los años, los padres siguieron siendo responsables de llevar a sus hijos al colegio hasta la imposición del Estatuto Internacional del Secreto en 1692. Es en este momento cuando el encontrar un modo más discreto de transportar a cientos de niños del mundo mágico desde todo el Reino Unido a su colegio secreto de las Tierras Altas de Escocia se volvió prioridad.

Por consiguiente se situaron Trasladores en puntos de recogida en toda Gran Bretaña. La logística supuso grandes problemas desde el principio. Todos los años a un tercio de los estudiantes le era imposible llegar, o bien no habían llegado a tiempo para efectuar el transporte a la hora establecida o no habían encontrado el discreto objeto encantado que les transportaría al colegio. También estaba el hecho desafortunado de que muchos niños se mareaban (y todavía se marean) con los Trasladores y la enfermería se encontraba abarrotada durante los primeros días del curso, mientras que los estudiantes que se mareaban se reponían de sus ataques de histeria y de las nauseas.

Aunque el Ministerio de Magia tuvo que admitir que los Trasladores no eran la solución ideal al problema de transporte del colegio, fue incapaz de encontrar una alternativa aceptable. Volver a la situación de viaje sin regularizar del pasado era imposible, pero los sucesivos directores, que no deseaban que se violara la seguridad del castillo, se resistían fervientemente a establecer una ruta más segura de entrada en el colegio (por ejemplo, permitir que se pudiera entrar a través de una chimenea gracias a los Polvos Flu).

Finalmente, la Ministra de Magia Ottaline Gambol, a la que le intrigaban las invenciones muggles en gran medida y vio potencial en sus trenes, sugirió una osada y controvertida solución a este espinoso problema. De dónde salió el Expreso de Hogwarts exactamente no se ha logrado probar nunca, sin embargo es un hecho confirmado que hay informes secretos en el Ministerio de Magia que informan de una operación masiva en la que se utilizaron ciento sesenta y siete Hechizos de Memoria y el mayor Encantamiento de Ocultación jamás llevado a cabo en Gran Bretaña. A la mañana siguiente de estos presuntos delitos, una locomotora de vapor de un brillante escarlata con todos sus vagones sorprendió a los habitantes de Hogsmeade (que tampoco se habían dado cuenta de que tenían una estación de tren), mientras que varios sorprendidos trabajadores ferroviarios muggles de Crewe se pasaron el resto del año dándole vueltas a la cabeza a la extraña sensación de que habían extraviado algo importante.

El Expreso de Hogwarts fue sometido a varias modificaciones mágicas antes de que el Ministerio lo aprobara para su uso como transporte escolar. Muchas familias de sangre pura se mostraron indignadas ante la idea de que sus hijos usasen un medio de transporte muggle, que pensaban era inseguro, degradante y antihigiénico. Sin embargo, como el Ministerio decretó que los estudiantes tendrían que viajar en el tren o no podrían ir al colegio, las objeciones fueron silenciadas rápidamente.

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